miércoles, 4 de julio de 2007

EL PRADO ARMIÑADO...



El prado armiñado

en silente delirio

presume un ocaso

que anhela un estío.

Mi voz, caminando,

pretende algún sitio

que aleje el llamado

constante de olvido.

Mas solo en el llanto

encuentro un alivio

para esta mano

ajada de escritos...

Autor: Ishel

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