“El soñar es más peligroso de lo que parece”Me miró fijamente y me vi reflejada en sus ojos amarillentos, un escalofrío recorrió mi cuerpo por completo y sentí que algo oprimía mi pecho, negándome la respiración. No recuerdo sus facciones, sólo recuerdo una silueta difusa, similar a una estatura que, con una voz juvenil, me invitaba: “Ven, participa del ritual”, me decía en un tono tan encantador que su melodía envolvente incitaba a aceptar. Mas la sensación de miedo me asfixiaba. Me hallé de repente en un terreno baldío sembrado de pasto, donde distinguí una construcción en ruinas, aparentemente una casa, pero no recuerdo que tuviera una forma definida, parecía hecha de tierra, hojas secas, madera quemada, oscura, sin mobiliario, pero no recuerdo qué más. La silueta de ojos amarillo verdoso me miraba fijamente, inhibiendo mi actuar, recuerdo el frío que me embargaba, me sentí envuelta en un silencio tan profundo que ni siquiera pude percibir mis agitados latidos y el frío…, esa sensación de temblor y dientes castañeando, el frío… quemando mi piel, impidiendo mis movimientos. Mi visión se tornó borrosa, mas continuaba escuchando aquella tentadora invitación, mas yo no era sonido, parecía que la voz hubiese invadido mi cerebro, impregnándolo de su melodía que me enloquecía, negándome la posibilidad de escapar.
Me vi en el centro de un triángulo formado por velas que encandilaban con su azuleja luz. No sé si fue una ilusión, pues la imagen que contemplé como si mi esencia y mi cuerpo se hubieran separado, mi cuerpo pasó a ser protagonista y mi esencia espectadora.
El sonido de su voz hacía eco en mi cabeza, “ven, participa del ritual”, ¿qué significaba aquella invitación? Aún no lo entiendo. Sus ojos amarillos permanecían fijos en los míos a tal punto que sentí que yo veía a través de ellos como si su esencia se hubiera fusionado con la mía y formáramos un solo ser. La sensación de sentirlo en mí fue placentera. Mi cuerpo se inundó con su tibieza y el silencio y el frío se desvanecieron. Cerré los ojos y me dejé hipnotizar por la melodía de su voz, no recuerdo sus palabras, sólo sé que desde aquel momento no nos volveríamos a separar.
Al abrir los ojos me encontraba en mi cama, como al despertar de un sueño. Nada había cambiado en mi habitación, mas yo no me sentía igual. Aún despierta sentía la tibia presencia del ser en mi sueño.
Algo cambió en mí aquella noche, hay algo en mí, otro ser, al que no siempre puedo controlar. A veces, cuando me miro al espejo, creo ver sus ojos amarillentos tras mi mirada, me es tan ajeno mi reflejo que ya no quiero verlo, me he deshecho de todos los espejos, me asusta lo que hay en mi imagen. En ocasiones actuó sin pensar y no recuerdo lo que hago, como si mis actos fueran obra del ser que comparte mi cuerpo. No sé si fue un sueño, una ilusión, algo me ocurrió en aquel lugar. No sé cual era el Ritual al que fui invitada, sólo sé que nada volverá a ser lo mismo…





